Tenemos la suerte de vivir en una ciudad donde no faltan sitios para ir a estirar las piernas, con perros o sin ellos. Contamos con un casco urbano relativamente limpio y cuidado, una rambla muy pulida, unas cuantas plazas y una agradable zona reservada para peatones. Hay días y horas, sin embargo, en los que más vale no acercarse por ahí si no queremos que los perros se estresen con tanto cochecito, patinete y gente a pie que va distraída con la buena compañía y no presta atención a lo que pasa a nivel de su espinilla.
Lo mejor de Sant Cugat, para los perros, son los parques: Collserola, la Pollancreda, Ramon Barnils, los jardines del Monasterio, Can Vernet y Volpelleres, el Parque de Víctor Català, el Parque Central… Cada uno tiene su carácter, cultura y sospechosos habituales.
No estaríamos cumpliendo nuestro deber, no obstante, si no os recordáramos que hay unas ordenanzas municipales de obligado cumplimiento. En todos los espacios públicos los perros tienen que pasear siempre con correa, excepto en los “espacios de socialización” habilitados por el ayuntamiento (también conocidos como pipicanes o correcanes). Si nuestro perro es considerado PPP, además tienen que llevar siempre bozal, incluso dentro de estos espacios. Está prohibido que los perros entren en las zonas de juego de los niños. De hecho, no se tendrían que acercar a menos de 5 metros. También es obligatorio — y un deber ciudadano — recoger las cacas en todas partes (¡también en el césped, que ahí juegan niños y van familias a hacer picnics!).
Esta última parte es la más fácil de cumplir. Recoger cacas… si no estás dispuesto a hacerlo, no tengas perro. Pero privarlo de una buena carrera por el parque, sin correa, ¡ya cuesta más! Sabed únicamente que si los dejáis sueltos y os pilla la policía urbana, os puede caer una buena multa.
Consejos generales para la socialización
Lo ideal es que los perros se encuentren con otros perros de la misma edad y tamaño, para poder interaccionar de la manera que más les apetezca. Los cachorros quieren saludar a todo lo que se mueva, jugar y revolcarse con los demás. Los mayores a menudo tienen bastante con husmearse un poco y correr más bien a su bola. Depende de la personalidad de cada uno y nadie los conoce mejor que nosotros para saber cómo se comportan con otros animales.
Del mismo modo, tenemos que ser precavidos a la hora de acercarnos con nuestro perro a uno que no conozcamos, especialmente si vamos con un cachorro muy entusiasta o si los perros son de medidas muy diferentes. Un perro grande, o uno mediano muy energético, puede hacer daño fácilmente a uno pequeño simplemente jugando. Esto complica bastante la vida a los propietarios de perros pequeños que quieren que se socialice y se lo pase bien: hay que encontrar el lugar y la franja horaria más propicia para que así sea (si es que se dispone de tiempo para escoger).
Los pipicanes de Sant Cugat
A fecha de hoy en Sant Cugat hay tres espacios de socialización para perros, que son recintos cerrados donde se puede soltar a los animales para que corran y jueguen. Todos tienen una zona de recreo general y uno o dos cercados más reducidos para perros de medida pequeña. El problema principal de estas zonas para perros pequeños es que no hay bastante espacio para correr (ni hacer prácticamente nada). ¡A muchos perros mini también los gusta echar carreras!
Pipican del Puente de Can Vernet
Se encuentra junto a la Avenida de Can Vullpalleres, junto a la riera de Sant Cugat. Fue el primero en construirse y, hasta ahora, el mejor. Tiene desniveles, césped, árboles, zonas de sombra y una fuente para hidratar a los animales después de hacer una buena repasada al circuito. Debe de andar por los 1.000 m2, por lo que no es el más grande pero sí el que ofrece más posibilidades de interacción con el entorno.
Como tampoco es una gran extensión, es frecuente que dentro haya perros medianos (15-30 Kg) y fuera, en el espacio abierto frente al puente, perros más grandes.
Pipican de Víctor Català
Se encuentra en el Parque de Víctor Català, justo junto a la estación de Volpelleres de los FGC. Se construyó en 2015, por lo que hoy por hoy es un trozo de tierra de 1.088 m2 más bien desolado. Tendremos que esperar unos años para que los árboles echen sombra. Es un terreno plano, con una levísima inclinación, con dos cercados para perros pequeños. Tiene unos cuantos bancos y poca cosa más. En contra tiene también la proximidad de la vía del tren, que puede poner nerviosos a algunos animales.
Pipican del Parque de la Pollancreda
Tiene 1.362 m2, de manera que es el más grande de los tres si no andamos errados. Se encuentra cerca de la rotonda entre la Rambla del Celler y la Carretera de Cerdanyola, junto al Camino de Can Calders. Se construyó al mismo tiempo que el de la estación de Volpelleres, así que la situación actual no es muy diferente. Tiene la fortuna de lindar con un edificio que le hace un poco de sombra. Por el momento se ven más perros fuera que dentro.