Os queremos presentar a Arlan y explicaros cómo le ha cambiado la vida. La suya es una historia más de abandono, maltrato animal y, afortunadamente, segundas oportunidades. Es la historia de una adopción y de toda la gente que trabaja desinteresadamente para ayudar a los animales.
Arlan es un Setter Irlandés que fue recogido por una protectora en la provincia de Alicante en un estado deplorable: lo habían arrastrado por el asfalto, tenía las extremidades quemadas, estaba desnutrido y no podía andar. Su fortuna hizo un giro cuando las cuidadoras de “La guardería de Noe” lo rescataron.
Ante la sospecha de que había padecido el tétano, tuvo que ser hospitalizado durante unos días con pronóstico grave. Su segundo golpe de suerte fue que, mientras estaba hospitalizado, miles de personas estaban pendientes de él a través de las redes sociales. Gracias a toda la gente que se volcó, pudieron pagar todos sus tratamientos ‒ cosa que pasa muy poco a menudo ‒. Tras una temporada de visitas semanales al veterinario, Arlan se recuperó del todo. ¡Lo hizo en un tiempo récord!
Paralelamente a todo el proceso de recuperación, en Sant Cugat había una familia ‒ una de las muchas que contribuyeron a su tratamiento ‒ a quién impactó mucho el caso de Arlan. Estuvieron siguiendo su evolución diariamente hasta el día en que anunciaron que estaba recuperado y listo para ser adoptado. Decidieron que visitarían a aquellas familias que quisieran adoptarlo para garantizar que tuviera una buena calidad de vida. Dada la gran cantidad de gente interesada a adoptarlo ‒ fue un caso que marcó muchísimas personas ‒, no contaban con lograrlo, pero decidieron intentarlo. Poco tiempo después, recibieron la noticia que ellos eran los escogidos para adoptar a Arlan.
“No nos lo creíamos, puesto que de tantísima gente interesada en adoptarlo, que nos escogieran a nosotros fue muy especial”.
Arlan ha pasado de ser maltratado y abandonado a vivir con una familia que lo cuida, lo trata como a un igual y lo quiere de forma incondicional. Es gracias a esto que día a día va dejando atrás los miedos que había cogido. Está demostrando que no necesita nada más que compañía y amor para volver a ser un perro cariñoso, alegre y juguetón como antes.
“Es un perro más que gracias a protectoras y a personas dedicadas a ellos ha podido encontrar una segunda oportunidad y ser feliz”.
Con este nuevo caso os queremos animar a no comprar animales, sino cercaros a las protectoras a conocer a todos aquellos perros y gatos que como Arlan están esperando su segunda oportunidad. Con un poco de afecto pueden llegar a recuperarse y volver a correr, jugar, saltar y, en definitiva, vivir.